jueves, 26 de julio de 2007

Ausente


Bueno, no he hecho más que abrir el blog y lo voy a dejar suspendido por una semana y media. Lo siento pero me voy al paraiso. Ha sido repentino así que a muchos no me ha dado tiempo ni de despedirme, pero no os preocupeis, me acordaré de vosotros y aunque alli no tenga Internet y casi ni luz eléctrica traeré entradas nuevas para el blog.

Un beso a todos.

martes, 24 de julio de 2007

“Carta de amor (como un suplicio chino)”


¡Cómo me besabas cuando llegaba por el tren a Ciudad Rodrigo y volvías a verme!

Besos largos y apasionados, tomándome en tus brazos.
Besos reventando melancolía.
Besos entre la vida y el vacío.
Besos bizarros como el garbo.
Besos pringosos rebozados de regaliz.
Besos protocolarios a la puerta del colegio.
Besos salpicados de lágrimas e hipos.
Besos de párvulo modosito de colegio.
Besos de sabio zumbido.
Besos de infinitos colores.
Besos reverentes y justos.
Besos de fulgores precisos.
Besos de recompensa.
Besos ministrados por el arrebato.
Besos sin freno.
Besos impacientes.
Besos graciosos de niño a niña.
Besos saciados tan sólo de esencia.
Besos espontáneos como el altruismo.
Besos enredados en la peripecia.
Besos voraces.
Besos insaciables.
Besos torpes, pero ¡tan dulces!
Besos irrepetibles de tu infancia.

Nadie me puede premiar cuando me siento amparada por mis recuerdos.


Fernando Arrabal

lunes, 23 de julio de 2007

Estupor y temblores


- Yo, cuando era pequeña quería ser Dios. El Dios de los cristianos, con D mayúscula. Hacia los cinco años, comprendí que mi ambición era irrealizable. Así que rebaje un poco mis pretensiones y decidí convertirme en Cristo. Imaginaba mi muerte sobre la cruz, ante toda la humanidad. alos siete años tomé conciencia de que aquello no ocurriría. Decidí, más modestamente, convertirme en mártir. Durante años mantuve aquella decisión. pero tampoco funcionó.
- ¿Y después?
- Ya lo sabe: me hice contable en la empresa Yumimoto. Y creo que no podía caer más bajo.
- ¿De verdad lo cree? - pregunto con una extraña sonrisa.



Estupor y temblores
Amélie Nothomb

domingo, 22 de julio de 2007

El Gran Dictador


Lo siento pero yo no quiero ser un Emperador. No es lo mío. No quiero gobernar o conquistar a nadie. Me gustaría ayudar a todos si fuera posible, a los judíos, a los gentiles, a los negros, a los blancos. Todos queremos ayudarnos los unos a los otros, los seres humanos somos así. Todos queremos vivir por la felicidad de todos, no por la miseria de los demás. No queremos odiar y despreciarnos el uno al otro. En este mundo hay espacio para todos y la tierra es rica y puede proveernos a todos.

El modo de vivir puede ser libre y hermoso, pero hemos equivocado el camino. La avaricia ha envenenado las almas de la gente. Ha levantado barricadas de odio en el mundo; ha dado en nosotros un paso de ganso hacia la miseria y el derramamiento de sangre. Hemos desarrollado la velocidad pero nos hemos encerrado en las máquinas. La máquina de la abundancia nos ha dejado en la indigencia.

Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia nos ha endurecido y quitado toda amabilidad. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que la máquina, necesitamos a la humanidad; más que a la inteligencia, necesitamos la bondad y la suavidad. Sin esas cualidades, la vida será violenta y todo estará perdido.

El avión y la radio nos han acercado. La naturaleza misma de esas invenciones pide a gritos la bondad entre los hombres, clama la hermandad universal para la unidad entre todos nosotros. Incluso ahora, mi voz llega a millones en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y pequeños niños, todos víctimas de un sistema que hace que hombres torturen y encarcelar a gente inocente. A todos los que pueden oírme les digo: "No se desesperen".

La miseria que ahora cae sobre nosotros es sólo el pasar de la avaricia, la amargura de los hombres quienes temen el camino del progreso humano: el odio de los hombres pasará y los dictadores morirán y el poder que ellos tomaron de la gente, regresará a la gente y mientras que los hombres mueren, la libertad nunca perecerá.

¡Soldado! No te sometas a las bestias, los hombres que te desprecian y esclavizan, los que reglamentan tu vida, y te dicen qué hacer, qué pensar y qué sentir, los que te entrenan, los que te tratan como ganado, como carne de cañón.

No te entregues a esos hombres desnaturalizados, hombres máquinas, con mentes de máquinas y corazones de máquinas. Tú no eres ganado. Tú eres un hombre. Ustedes tienen que tener amor por la humanidad, en sus corazones. Ustedes no odian - sólo lo hacen los desnaturalizados, sólo los desnaturalizados que no sienten amor. ¡Soldados! No luchen por la esclavitud, luchen por la libertad.

En el Capítulo Diecisiete de San Lucas está escrito: "el Reino de Dios está dentro de los hombres"- no sólo un hombre - sino todos los hombres - en ti, en toda la gente.

Tú, la gente, tienen el poder, el poder para crear máquinas, el poder para crear la felicidad. Tú, la gente tienen el poder de hacer la vida libre y hermosa, hacer de esta vida una maravillosa aventura. Entonces, en nombre de la democracia, vamos a usar ese poder - Vayamos todos unidos. Vamos a luchar todos por un mundo nuevo, un mundo decente que dé a todos los hombres una posibilidad para trabajar, que le dé un futuro, una vejez y seguridad.

Prometiendo esas mismas cosas, las bestias han tomado el poder, pero ellos mienten. Ellos no cumplen su promesa, ellos nunca lo harán. Los dictadores se liberan pero ellos esclavizan a la gente. Vamos ahora a luchar para realizar aquella promesa. Vamos a luchar para liberar al mundo, para abolir las barreras nacionales, abolir la avaricia, el odio y la intolerancia. Vamos a luchar por un mundo de razón, un mundo donde la ciencia y el progreso conduzcan a la gente hacia la felicidad.

¡Soldados! ¡En el nombre de la democracia, unámonos!

¡Levanta la vista! ¡Levanta la vista! Las nubes se alzan - el sol se abre camino. Salimos de la oscuridad hacia la luz. Entramos en un mundo nuevo. Un nuevo mundo amable, donde los hombres se elevarán sobre su odio y bestialidad.

El alma del hombre ha adquirido alas - y por, fin él comienza a volar. Él vuela hacia el arco iris -hacia la luz de la esperanza- hacia el futuro, ese glorioso futuro que le pertenece, me pertenece a mí y a todos nosotros. ¡Levanta la vista! ¡Levanta la vista!

Que nervios


¡Qué nervios! Por fin me decido a crear mi propio blog y no sólo cotillear en los demás jeje.

Pues nada... ahora no sé de que hablar... tengo un paraguas en casa... lala

Bienvenidos