martes, 24 de julio de 2007

“Carta de amor (como un suplicio chino)”


¡Cómo me besabas cuando llegaba por el tren a Ciudad Rodrigo y volvías a verme!

Besos largos y apasionados, tomándome en tus brazos.
Besos reventando melancolía.
Besos entre la vida y el vacío.
Besos bizarros como el garbo.
Besos pringosos rebozados de regaliz.
Besos protocolarios a la puerta del colegio.
Besos salpicados de lágrimas e hipos.
Besos de párvulo modosito de colegio.
Besos de sabio zumbido.
Besos de infinitos colores.
Besos reverentes y justos.
Besos de fulgores precisos.
Besos de recompensa.
Besos ministrados por el arrebato.
Besos sin freno.
Besos impacientes.
Besos graciosos de niño a niña.
Besos saciados tan sólo de esencia.
Besos espontáneos como el altruismo.
Besos enredados en la peripecia.
Besos voraces.
Besos insaciables.
Besos torpes, pero ¡tan dulces!
Besos irrepetibles de tu infancia.

Nadie me puede premiar cuando me siento amparada por mis recuerdos.


Fernando Arrabal

5 comentarios:

Cvalda dijo...

El tal Arrabal ese es un locatis. Pero me gusta este texto. Y los besos. ¿Por qué nunca me quieres dar besos? Eres un ser cruel.

Mathieu Saladin dijo...

"Son preciosos nuestros besos a las afueras del pueblo.."


:)

Raúl dijo...

ya tienes blog!
pues nada, uno más para cotillear, yuju!

David dijo...

Besos de bienvenida al blog, por fin te puedo comentar ;)

El Bebé dijo...

Qué bonito el texto!! :D
Vivan los besos!