sábado, 5 de abril de 2008
Los males de la educación
Me ha llegado esto al correo y me ha parecido interesante (aunque no creo que los padres sean los únicos responsables del estado de la educación en España, faltaría una ley absurda, una burocracia que no hace sino quitar tiempo a lo verdaderamente importante, unos niños que ya no son lo que eran, unos profesores a los que les quitan la ilusión a base de leches...) Yo lo pongo y cada uno que saque su conclusión.
"Los últimos datos del informe PISA han puesto nuevamente a la educación en primera línea de la actualidad. La enseñanza en España es un desastre. Eso lo sabemos todos desde hace mucho tiempo. Yo llevo diez años dando clase en Secundaria y puedo dar fe con conocimiento de causa de los males que están aquejando a la educación en nuestro país. En este primer artículo me voy a ocupar de los máximos responsables de la educación de los niños: los padres (los padres y las madres, para los progres adoctrinados en esa necedad de la ideología de género).
Porque los primeros responsables de lo que está pasando con la educación en España son aquellos padres que no educan a sus hijos. Hay padres que no merecerían serlo: inconscientes que traen hijos al mundo, pero que no están dispuestos a sacrificarse por ellos.
Los primeros culpables son esos padres que «no pueden con sus hijos» (pasa hasta con padres de niños de 4 años); padres pusilánimes o pasotas que pretenden delegar en el colegio su obligación de educar a los niños en casa. Hay cosas que no se pueden enseñar en la escuela: el respeto por los demás, el pedir las cosas «por favor», dar las gracias; la importancia del aseo personal; enseñarles a comer como personas civilizadas, a ser ordenados y responsables; aficionarlos a la lectura desde pequeñitos, fomentar su espíritu crítico, transmitirles valores cívicos o inculcarles la fe, si es que los padres la tienen, claro. La obligación de un padre o una madre de educar a su hijo es insustituible y no se puede ni se debe delegar en nadie. Los profesores somos meros colaboradores de los padres en la tarea educativa, pero nunca podemos ni debemos sustituirlos.
Son responsables de lo que está pasando los padres que quieren ser «colegas» y amiguetes de sus hijos; los que son incapaces de imponer autoridad, señalar límites y establecer normas. Padres permisivos e indolentes hasta la náusea, que dejan que sus hijos adolescentes entren y salgan de casa cuando les parece; que les dan dinero y no se preocupan de averiguar en qué lo gastan; que les dejan salir por la noche hasta las tantas; que permiten que el niño tenga el televisor y el ordenador conectado a internet en su propia habitación para que el inocente pueda mangarla a sus anchas sin que nadie le moleste; padres que, con tal de ahorrarse conflictos, dejan, en definitiva, que sus hijos hagan lo que les dé la gana. Y luego se extrañan de que su niño se drogue, se emborrache o de que sea un sinvergüenza de tomo y lomo.
Tienen la culpa los padres que sospechan permanentemente del profesor, a quien consideran una especie de enemigo a batir; padres que se creen que los profesores le tienen manía a su hijo o que le quieren amargar la existencia o traumatizarlo, al pobre chiquitín; padres que conocen todos sus derechos y los de sus hijos, pero se creen exentos de cualquier obligación; padres que saben más que nadie y van al colegio a explicarle al profesor cómo debe impartir sus materias o a darles charlas sobre psicología o pedagogía; padres maleducados que no sólo no colaboran con el profesor, sino que, encima, le hacen la puñeta, lo amenazan o lo desprecian (y, a veces, hasta le insultan o le pegan); padres que le han perdido el respeto al profesor (o que nunca se lo han tenido) y que en consecuencia, tampoco le van a inculcar ese respeto a sus hijos.
Tienen la culpa esos padres que trabajan tantas horas, que no tienen tiempo para sus hijos. Y mientras ellos echan horas y horas en sus empresas, el niño se pasa el día solo en casa sin que nadie mire para él. Porque, claro, el dinero o la carrera profesional son más importantes que el cuidado y la educación de su hijo. Y luego pretenden compensarlos comprándolos a base de regalos carísimos o llevándolos de vacaciones a Disneylandia.
Y, cómo no, también son culpables esos padres separados o divorciados que usan a sus hijos como arma arrojadiza contra sus antiguas parejas; los que ponen a caer de un burro al padre o a la madre ausente delante de sus vástagos y meten cizaña al hijo para que no quiera ver ni en pintura al otro progenitor. Y qué decir de los padres que cambian de novio o de novia como de chaqueta y desestabilizan afectivamente a sus hijos con un «papá» o una «mamá» nueva cada dos meses.
Desgraciadamente, cada vez hay más padres como éstos: un verdadero cáncer social, fruto de una sociedad desalmada que prima el hedonista «disfrutar de la vida» sobre el espíritu de sacrificio y la generosidad. Lo primero es pasarlo bien, hacer turismo, salir de compras, ir de copas o cenar fuera de casa. Y para todo eso, los hijos son un estorbo. Sentarse con los niños todos los días un rato a hacer los deberes, jugar con ellos o leerles un cuento por las noches, supone un esfuerzo enorme para personas tan ocupadas, estresadas y cansadas como tantos padres de hoy en día. Y así nos va."
Pedro Luis Llera
viernes, 22 de febrero de 2008
Aproximación a la idea de desconfianza
"Uno puede vivir reconociendo que no llegó HASTA EL FINAL en dos o tres asuntos, pero empezar lo que se llama un nuevo día desayunando ante una montaña de claudicaciones pasadas y para colmo pensando en las que vienen, los abandonos y resignaciones en que actualmente estás empeñado, es jodido de llevar.
Las renuncias se sientan cada mañana y desayunan contigo y te cogen parte de TU pan y lo untan con TU mantequilla y tú no tienes autoridad para echar de TU mesa a este invitado.
Y digo que no agotar las cosas es dejarse morir de a poco.
Y si hay que morir fulminado en medio y por culpa de este esfuerzo cómico que supone agotar todo lo que uno encuentra en su camino, yo lo acepto sin vergüenza porque
De algo hay que morir.
De algo hay que morir.
De algo hay que morir."
Rodrigo García
Impresionante espectáculo el de ayer, una pena que no esté más tiempo (acaba hoy). Esto lo debería ver los que dicen que en teatro siempre se hace lo mismo. Más info en la página de La Casa Encendida.
domingo, 9 de diciembre de 2007
Hoy estoy triste
Como digo hoy estoy triste y me he acordado de esta canción que mepone aún más triste si cabe. Me apetece descansar un poco y encima vienen las Navidades, que nunca eran bienvenidas pero este año menos ya que no hay demasiadas cosas que celebrar o al menos no estoy de humor para delebrarlas. Lo único bueno es que se acaba el año y espero con falsa esperanza que el próximo sea mejor (hace falta poco). Bueno, dejo esta canción de Ivan Ferreiro ideal para momentos bajos (jeje)
Desde aquí, desde mi casa
veo la playa vacía
ya lo estaba hace unos días
ahora está llena de lluvia
y tú ahí sigues sin paraguas
sin tu ropa,paseando
como una tarde de julio
pero con frío y tronando
¿se puede saber qué esperas?
¿que te mire y que te seque?
Que te vea y que me quede
tomando la luna juntos
la luna,tú y yo expectantes
a que pase algún cometa
o baje un platillo volante
y la playa llora y llora
y desde mi casa grito
que aunque pienso en abrazarte
que aunque pienso en ir contigo
el doctor me recomienda
que no me quite mi abrigo
que no esté ya más contigo
y yo no puedo negarme pues
el tipo soy yo mismo
estudié mientras dormías
y aún repaso las lecciones una a una
cada día
yo no puedo aconsejarte
ya es muy duro lo que llevo
dejemos que corra el aire
y digámonos adiós.
aunke siga suspirando
por algo ke no era sierto
me lo dicen en los bares
es algo ke llevas dentro
ke no dejas ke te kieran
solo kieres ke te abrazen
y publicas ke no tuve ni valor
para kedarme
yo rompi todas tu fotos
tu no dejas de llamarme
lunes, 26 de noviembre de 2007
¡Que tiempos!
Extraño esos tiempos en los que yo entendía la tecnología y no ahora con tanto digital. ¡Viva lo analógico!
viernes, 23 de noviembre de 2007
La frontera
Hoy vuelvo a la frontera,
otra vez he de atravesar,
es el viento que me manda
que me empuja a la frontera
y que borra el camino
que detrás desaparece.
Me arrastro bajo el cielo
y las nubes del invierno
es el viento que las manda
y no hay nadie que las pare
a veces combate despiadado
a veces baile
y a veces… nada.
Hoy cruzo la frontera
bajo el cielo
bajo el cielo
es el viento que me manda
bajo el cielo de acero
soy el punto negro que anda
a las orillas de la suerte.
domingo, 11 de noviembre de 2007
Que asco
Me estoy encontrando demasiada gente con mucha mierda dentro que aprovechan a lanzarla contra los demás a la mínima y frecuentemente utilizando la disculpa del amor, o mejor dicho enamoramiento. El amor está sobrevalorado, parece que justifica todos nuestros actos por estúpidos que sean. Podemos hacer daño a los demás siempre y cuando tengamos la disculpa del “amor”. Podemos ser víctimas más dignas de lástima, podemos ser grandes despechados. Confundimos el querer con el poder, la sinceridad con la crueldad. Estoy empezando a cansarme de ese tipo de gente que aprovecha sus frustraciones para lanzarlas contra los demás. Que envuelve la basura con papel de regalo y nos la vende a precio de oro. Menos mal que de momento solo es gente que pasa y que no queda.
Ahora entiendo una frase que me dijeron hace tiempo "preferimos destruir lo que amamos a vivir sin poder hacerlo".
Hala, ya me he desahogado. Estoy al limite del colapso total.
jueves, 8 de noviembre de 2007
Spinnin' (6.000 millones de personas diferntes)
Buscando buscando me he encontrado con este texto tan bonito que ha escrito Jesús y me he dicho: ¿para que escribirlo yo? Ojala la pongan en los cines para qie la pueda ver la gente.
¿SUEÑO O LOCURA?
SPINNIN' es un sueño, siempre ha sido un sueño… y una locura. Siempre ha sido una locura. Ya sé que siempre se dicen estas cosas, pero, en este caso, lo único que te cuento es la verdad. Te lo puede confirmar cualquiera de los que lo vivieron.
Fundamos The Big Bean & The Human Bean Band para hacer un sueño realidad. Siempre quisimos hacer una peli. Una peli bonita, pero lo único que teníamos era un sueño. Así que nos planteamos hacer una película desde la nada. Una locura. Sin subvenciones ni ayudas de ningún tipo. Sin más financiación que unos pocos ahorros y un préstamo pequeñito que sacamos del banco no sin muchas súplicas previas. Teníamos un sueño. Era una locura. Y estaba en marcha.
¿El presupuesto? Lo más que podíamos llegar a reunir no alcanzaba el 10% del coste medio de una película española. Nos dijeron que era imposible, que era una locura, que no era más que un sueño, pero seguíamos teniéndolo. Y, ahora, podíamos ponernos en marcha. Íbamos a hacer una peli bonita con casi nada.
LA GENERACIÓN SPINNIN'
Para hacer una peli bonita hace falta un gran equipo técnico… Enseguida tuvimos claro que, si queríamos la peli más bonita posible, teníamos que rodearnos de nuestros amigos, de la gente a la que más queremos y que más nos quiere. Se entusiasmaron todos, pero tuvimos que convencerles, uno por uno, de que no importaba lo más mínimo que ninguno de ellos hubiera hecho una película nunca. Fue fácil, todos tenían dentro el sueño de hacer una peli bonita… Juntos, reunimos toda la ilusión del mundo, muchas ganas de aprender, un sueño que compartir y la locura más maravillosa que se nos había ocurrido. Además, íbamos a hacer la opera prima perfecta, la primera película de todo el que participara en SPINNIN'. En pocos días era el sueño de todos. Estaba en marcha y nada iba a parar el entusiasmo. ¿Locura? No tanto. Ya teníamos mucho.
Pero para hacer una peli bonita hace falta un equipo artístico perfecto. A esas alturas, nosotros presumíamos de ilusión, pero los actores nos dieron toda una lección. Convocamos un casting abierto y decidimos hacer pruebas durante 3 días, a razón de 10 horas diarias. Estuvimos 14 días, 18 horas diarias. Vimos a más de mil actores que tenían todavía más ilusión que nosotros… y talento. Mucho talento. Habíamos encontrado un reparto absolutamente perfecto.
¿Imposible? El sueño estaba más y más cerca.
LA FAMILIA SPINNIN'
Solo 8 semanas después de arrancar estábamos rodando. Teníamos el presupuesto más bajo que haya habido nunca en España para una peli en 35mm, pero, también, un capital inmenso: ilusión. Nos dijeron "No tenéis nada. Os vais a matar en el rodaje" Todo lo contrario.. No nos quedó más remedio que inventar una manera distinta de hacer una película y el rodaje de Spinnin' se convirtió en el mayor acto de amor que he visto en mi vida. Fuimos testigos de cómo un grupo, completamente heterogéneo, se convirtió, inmediatamente, en familia. Una familia en la que todo el mundo hacía lo que se necesitara en cada momento. Es por eso que en Spinnin' no hay créditos. Cada persona tenía a su cargo una parcela de la producción, pero todo el mundo tenía que hacer de todo. Y todos dieron lo mejor de si, para hacer de todo y para hacerlo bien. Con prácticamente nada y por poco más que la satisfacción de participar en un gigantesco acto de amor. Y este mágico acto de amor se respira en cada plano. Cuando ves la peli lo puedes sentir. Lo puedes compartir.
UN MILAGRO
Nos dijeron que era imposible, que era una locura. Que solo era un sueño. Y sí, SPINNIN' sigue siendo un sueño, un imposible, una locura, un milagro y, además, es la película más bonita que se pueda soñar. Solo tienes que sumergirte en ella, amigo.
Sobre la película
La vida es una gran contradicción y SPINNIN' está llena de contradicciones. Es una película que parece querer decir que todos somos iguales, pero lo que dice, en realidad, es algo más básico: que todos somos absolutamente diferentes.
Y, para reflejarlo, desde su misma esencia, SPINNIN' escoge ser una película absolutamente diferente. Y lo es no solo por su peculiar concepto de producción, si no, también, por cómo está concebida a nivel narrativo. Utiliza un lenguaje propio, fresco, directo y único que el espectador aprende a lo pocos minutos de proyección y le proporciona el disfrute único de lo que se siente como privado, como propio. Tan pronto como te has aclimatado, te encuentras comunicándote en otro idioma y viendo el mundo desde otro prisma. Hay 6000 millones de maneras diferentes de mirar y el espectador se encuentra utilizando una, completamente nueva, que no había utilizado nunca antes.
SPINNIN' plantea algo muy sencillo: este planeta está habitado por 6000 millones de personas y cada una de ellas es única y absolutamente diferente de las demás. Todos somos tremendamente peculiares y cada uno ve el mundo de una manera completamente diferente, pero todos necesitamos, paradójicamente, que nos traten igual que a los demás para poder seguir siendo diferentes. Para poder seguir siendo como somos.
SPINNIN' se fija en un puñado de estos peculiares habitantes del planeta que coinciden por distintos motivos en un mismo barrio, para hablar, sencillamente, de personas, de cómo se relacionan, cómo se unen, cómo interactúan y cómo se separan. Y para hacer esta aproximación, SPINNIN' elige hablar de amor, de muchas distintas maneras de amar. Todos somos tremendamente peculiares y cada uno ama de una manera completamente diferente. A su peculiar manera. La película refleja distintas aproximaciones al amor utilizando muy diversos recursos expresivos. Así pueden encontrarse fragmentos rodados en 35mm que se alternan con otros tomados en video digital. Alterna ficción, con documental y falso documental, imágenes muy coloristas, con otras más apagadas acercándose incluso al blanco y negro. Todos somos completamente diferentes y miramos de manera diferente. Spinnin' intenta mirar a cada personaje de una manera especial. Más contradicciones. Hemos dicho que todos necesitamos que nos traten igual para poder seguir siendo diferentes. SPINNIN' elige tratar a cada personaje de manera diferente para que podamos sentirnos iguales.
SPINNIN' tiene un enfoque, aparentemente, optimista de las relaciones humanas, pero no nos engañemos: vivir duele. La película no esconde ese dolor. Lo muestra. El amor tiene aristas, las heridas te mantienen vivo… o, tal vez, no. Cada uno es libre de tomar su decisión. Eso sí, SPINNIN' esconde un as en la manga hasta el final, te enseña lo que duele vivir, pero sales de la proyección con unas ganas tremendas de disfrutar la vida.
SPINNIN' no está concebida y tratada desde el naturalismo. En la peli, los sueños de los personajes se integran dentro de su realidad y la realidad se deja invadir por el mundo de los sueños. Pero los sueños que refleja SPINNIN' están, a su vez, revestidos de realidad, de una realidad aplastante: todos tratamos desesperadamente de vivir constantemente nuestros propios sueños. Esta nueva paradoja del enfoque de SPINNIN' llevó a decir a uno de sus primeros espectadores: "Lo curioso es que SPINNIN' se parece mucho al mundo real. Ojala el mundo real se pareciera un poco a SPINNIN'.
¿SUEÑO O LOCURA?
SPINNIN' es un sueño, siempre ha sido un sueño… y una locura. Siempre ha sido una locura. Ya sé que siempre se dicen estas cosas, pero, en este caso, lo único que te cuento es la verdad. Te lo puede confirmar cualquiera de los que lo vivieron.
Fundamos The Big Bean & The Human Bean Band para hacer un sueño realidad. Siempre quisimos hacer una peli. Una peli bonita, pero lo único que teníamos era un sueño. Así que nos planteamos hacer una película desde la nada. Una locura. Sin subvenciones ni ayudas de ningún tipo. Sin más financiación que unos pocos ahorros y un préstamo pequeñito que sacamos del banco no sin muchas súplicas previas. Teníamos un sueño. Era una locura. Y estaba en marcha.
¿El presupuesto? Lo más que podíamos llegar a reunir no alcanzaba el 10% del coste medio de una película española. Nos dijeron que era imposible, que era una locura, que no era más que un sueño, pero seguíamos teniéndolo. Y, ahora, podíamos ponernos en marcha. Íbamos a hacer una peli bonita con casi nada.
LA GENERACIÓN SPINNIN'
Para hacer una peli bonita hace falta un gran equipo técnico… Enseguida tuvimos claro que, si queríamos la peli más bonita posible, teníamos que rodearnos de nuestros amigos, de la gente a la que más queremos y que más nos quiere. Se entusiasmaron todos, pero tuvimos que convencerles, uno por uno, de que no importaba lo más mínimo que ninguno de ellos hubiera hecho una película nunca. Fue fácil, todos tenían dentro el sueño de hacer una peli bonita… Juntos, reunimos toda la ilusión del mundo, muchas ganas de aprender, un sueño que compartir y la locura más maravillosa que se nos había ocurrido. Además, íbamos a hacer la opera prima perfecta, la primera película de todo el que participara en SPINNIN'. En pocos días era el sueño de todos. Estaba en marcha y nada iba a parar el entusiasmo. ¿Locura? No tanto. Ya teníamos mucho.
Pero para hacer una peli bonita hace falta un equipo artístico perfecto. A esas alturas, nosotros presumíamos de ilusión, pero los actores nos dieron toda una lección. Convocamos un casting abierto y decidimos hacer pruebas durante 3 días, a razón de 10 horas diarias. Estuvimos 14 días, 18 horas diarias. Vimos a más de mil actores que tenían todavía más ilusión que nosotros… y talento. Mucho talento. Habíamos encontrado un reparto absolutamente perfecto.
¿Imposible? El sueño estaba más y más cerca.
LA FAMILIA SPINNIN'
Solo 8 semanas después de arrancar estábamos rodando. Teníamos el presupuesto más bajo que haya habido nunca en España para una peli en 35mm, pero, también, un capital inmenso: ilusión. Nos dijeron "No tenéis nada. Os vais a matar en el rodaje" Todo lo contrario.. No nos quedó más remedio que inventar una manera distinta de hacer una película y el rodaje de Spinnin' se convirtió en el mayor acto de amor que he visto en mi vida. Fuimos testigos de cómo un grupo, completamente heterogéneo, se convirtió, inmediatamente, en familia. Una familia en la que todo el mundo hacía lo que se necesitara en cada momento. Es por eso que en Spinnin' no hay créditos. Cada persona tenía a su cargo una parcela de la producción, pero todo el mundo tenía que hacer de todo. Y todos dieron lo mejor de si, para hacer de todo y para hacerlo bien. Con prácticamente nada y por poco más que la satisfacción de participar en un gigantesco acto de amor. Y este mágico acto de amor se respira en cada plano. Cuando ves la peli lo puedes sentir. Lo puedes compartir.
UN MILAGRO
Nos dijeron que era imposible, que era una locura. Que solo era un sueño. Y sí, SPINNIN' sigue siendo un sueño, un imposible, una locura, un milagro y, además, es la película más bonita que se pueda soñar. Solo tienes que sumergirte en ella, amigo.
Sobre la película
La vida es una gran contradicción y SPINNIN' está llena de contradicciones. Es una película que parece querer decir que todos somos iguales, pero lo que dice, en realidad, es algo más básico: que todos somos absolutamente diferentes.
Y, para reflejarlo, desde su misma esencia, SPINNIN' escoge ser una película absolutamente diferente. Y lo es no solo por su peculiar concepto de producción, si no, también, por cómo está concebida a nivel narrativo. Utiliza un lenguaje propio, fresco, directo y único que el espectador aprende a lo pocos minutos de proyección y le proporciona el disfrute único de lo que se siente como privado, como propio. Tan pronto como te has aclimatado, te encuentras comunicándote en otro idioma y viendo el mundo desde otro prisma. Hay 6000 millones de maneras diferentes de mirar y el espectador se encuentra utilizando una, completamente nueva, que no había utilizado nunca antes.
SPINNIN' plantea algo muy sencillo: este planeta está habitado por 6000 millones de personas y cada una de ellas es única y absolutamente diferente de las demás. Todos somos tremendamente peculiares y cada uno ve el mundo de una manera completamente diferente, pero todos necesitamos, paradójicamente, que nos traten igual que a los demás para poder seguir siendo diferentes. Para poder seguir siendo como somos.
SPINNIN' se fija en un puñado de estos peculiares habitantes del planeta que coinciden por distintos motivos en un mismo barrio, para hablar, sencillamente, de personas, de cómo se relacionan, cómo se unen, cómo interactúan y cómo se separan. Y para hacer esta aproximación, SPINNIN' elige hablar de amor, de muchas distintas maneras de amar. Todos somos tremendamente peculiares y cada uno ama de una manera completamente diferente. A su peculiar manera. La película refleja distintas aproximaciones al amor utilizando muy diversos recursos expresivos. Así pueden encontrarse fragmentos rodados en 35mm que se alternan con otros tomados en video digital. Alterna ficción, con documental y falso documental, imágenes muy coloristas, con otras más apagadas acercándose incluso al blanco y negro. Todos somos completamente diferentes y miramos de manera diferente. Spinnin' intenta mirar a cada personaje de una manera especial. Más contradicciones. Hemos dicho que todos necesitamos que nos traten igual para poder seguir siendo diferentes. SPINNIN' elige tratar a cada personaje de manera diferente para que podamos sentirnos iguales.
SPINNIN' tiene un enfoque, aparentemente, optimista de las relaciones humanas, pero no nos engañemos: vivir duele. La película no esconde ese dolor. Lo muestra. El amor tiene aristas, las heridas te mantienen vivo… o, tal vez, no. Cada uno es libre de tomar su decisión. Eso sí, SPINNIN' esconde un as en la manga hasta el final, te enseña lo que duele vivir, pero sales de la proyección con unas ganas tremendas de disfrutar la vida.
SPINNIN' no está concebida y tratada desde el naturalismo. En la peli, los sueños de los personajes se integran dentro de su realidad y la realidad se deja invadir por el mundo de los sueños. Pero los sueños que refleja SPINNIN' están, a su vez, revestidos de realidad, de una realidad aplastante: todos tratamos desesperadamente de vivir constantemente nuestros propios sueños. Esta nueva paradoja del enfoque de SPINNIN' llevó a decir a uno de sus primeros espectadores: "Lo curioso es que SPINNIN' se parece mucho al mundo real. Ojala el mundo real se pareciera un poco a SPINNIN'.
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